Por: ©Juan Estuardo
Dentro de una botella había un barco.
Silencioso. A veces se movía pero no llegaba lejos.
Era un silencio siempre ensordecedor.
Allí viajaban sueños de personas que reían.
Caminaban de un lado a otro del barco buscando un hilo a tierra.
A veces yo me alejaba y veía el barco desde lejos.
Y si me alejaba más, veía que estaba dentro de una botella.
Y ese silencio ensordecedor se volvía un barullo entrecortado.
Y fue así que decidí quedarme afuera a escucharme.
(Escrito el 22 de octubre de 2016)
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